Onnab estaba junto a los restos carbonizados de su casa. Un avión de la fuerza aérea sudanesa acababa de sobrevolar su aldea y lanzó una bomba que detonó cerca de su casa, destruyendo el suministro de alimentos de su familia y todas sus pertenencias. «Gracias a Dios, mis hijos no estaban en casa», dijo, agradecida por tenerlos a salvo. Pero la pérdida del hogar terrenal y las posesiones de Onnab finalmente la llevó al mayor regalo eterno. Onnab, una musulmana que vivía en los montes Nuba de Sudán, había oído hablar de Jesucristo e incluso visitó una iglesia en su pueblo. Pero cuando su esposo y su familia se enteraron de que se había reunido con «infieles», se enfurecieron e insistieron en que nunca más visitara una iglesia cristiana. «Intenté varias veces cambiar al cristianismo —dijo Onnab—, pero no era fácil para mí». Si su esposo incluso escuchaba que Onnab había asistido a la iglesia o hablado con otros cristianos, la golpeaba. Aún así, su hambre por Cristo se mantuvo. Apenas dos meses antes de que su casa fuera bombardeada, su esposo la abandonó a ella y a sus hijos. Después de que la casa de Onnab fuera destruida en
Leer másLa ciudad de Belén, en Cisjordania, colinda con Jerusalén, pero las ciudades están separadas por un enorme muro diseñado para proteger contra ataques terroristas. Belén y el resto de Cisjordania están gobernadas parcialmente por la Autoridad Palestina, mientras que Israel controla los caminos y los asentamientos israelíes. La persecución de los cristianos convertidos en Cisjordania proviene tanto de miembros de la familia como, a veces, de la Autoridad Palestina. Saif, un cristiano converso del islam quien vive en el área metropolitana de Belén fue encarcelado por la Autoridad Palestina debido a su fe. Llegó a conocer a Jesús a través de un grupo de judíos mesiánicos en 2004, después de estudiar la Biblia durante cuatro años y compararla con el Corán. Tenía 34 años, estaba casado y tenía cinco hijos. La esposa de Saif se resistió al evangelio y pensó en dejarlo después de su conversión. Pero Saif le aclaró sus prioridades. «Tú eliges —le dijo—. Estoy dispuesto a dejar la casa por ti, pero no puedo volver al islam». La nueva fe de Saif fue probada aún más dos días después de ser bautizado. «Jesucristo se me apareció y me dijo que quería que evangelizara en su nombre», dijo.
Leer másChandrashekar estaba en una casa sencilla en una pequeña aldea agrícola india y oró con una pareja que había venido a Cristo solo cuatro meses antes. El hermano Bala y la hermana Kuskuma eran los únicos cristianos en su pueblo, y estaban rodeados por cuarenta familias: todos devotos hindúes. Sin iglesia en su aldea, su única fuente de comunión y alimento espiritual era Chandrashekar, que vivía a quince kilómetros [un poco más de nueve millas] de distancia. Después de compartir un mensaje sobre permanecer en Cristo a partir de Juan 15 y el Salmo 1, Chandrashekar oró por la pareja. Oró por que compartieran el evangelio valientemente con otros aldeanos, y oró por que sus parientes también llegaran a conocer a Cristo. Como Chandrashekar tenía que visitar a una familia en otra aldea antes de regresar a casa, agradeció al hermano Bala y a la hermana Kuskuma, empacó su Biblia y salió de su hogar. Chandrashekar no había viajado muy lejos en el camino cuando fue confrontado por una turba de cuarenta hombres, algunos armados con palos. —¿Visitaste las casas del pueblo hindú para convertirlos? —exigieron. —Visité su casa para orar —respondió. Eso fue suficiente evidencia para la turba. Tomaron
Leer más«En cierto momento, me era más fácil matar a una persona que un pollo», dijo Alejandro. Entonces, era un terrorista con una organización islámica militante en Mindanao. Había atacado con bombas a civiles, soldados del gobierno, infantes de marina de los EE. UU. y casas de cristianos. Ni siquiera sabía cuánta gente había matado. «No tenía miedo de matar a nadie por la gloria de Alá», dijo. Alejandro era el único hijo varón de una familia musulmana estricta. Había traído honor a su padre por medio de unirse a los rebeldes islamistas y era considerado un heredero digno. Pero después de varios años de matanzas indiscriminadas, la conciencia de Alejandro comenzó a molestarlo. Dejó el grupo militante y se fue a trabajar de manera secular, pero permaneció comprometido con su fe musulmana y su familia. El trabajo de Alejandro requería que viajara por toda la isla de Mindanao, y en 2009 conoció a un cristiano que lo invitó a la iglesia. Al principio Alejandro rechazó la invitación; no estaba interesado en el cristianismo. Pero el cristiano persistió, y después de cinco invitaciones, Alejandro finalmente accedió a visitar la iglesia del hombre. Durante el servicio de la iglesia, Alejandro de repente
Leer másKeo no se sorprendió por la decisión de los líderes de la aldea. De alguna manera, lo esperaba. Keo, su esposa y sus cinco hijos se hicieron cristianos en el comunista Laos en 2011, y se les han negado las necesidades básicas desde entonces. Los líderes de la aldea incluso les impidieron acceder al sistema público de agua. Laos es una zona volátil para los cristianos, ya que el evangelio ofende a las prácticas espirituales tradicionales y animistas del país. La conversión al cristianismo es vista como un rechazo de la familia y la tradición; se cree que enfurece a los espíritus vinculados a la adoración de ancestros e ídolos. Los cristianos a menudo son acosados y desalojados de sus hogares y aldeas. Se les niegan oportunidades de educación y trabajo, y a veces son arrestados y obligados a negar su fe. A pesar de las dificultades, Keo y su familia se niegan a abandonar a Cristo. «Sabía que convertirme en cristiano sería difícil y que tendría persecución», dijo Keo. CONVENCIDOS DEL PODER DE DIOS Keo y su familia se convirtieron en creyentes después de presenciar el poder de la oración. El hijo de Keo, Khamphuy, de 12 años en
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