Chandrashekar estaba en una casa sencilla en una pequeña aldea agrícola india y oró con una pareja que había venido a Cristo solo cuatro meses antes. El hermano Bala y la hermana Kuskuma eran los únicos cristianos en su pueblo, y estaban rodeados por cuarenta familias: todos devotos hindúes. Sin iglesia en su aldea, su única fuente de comunión y alimento espiritual era Chandrashekar, que vivía a quince kilómetros [un poco más de nueve millas] de distancia.

Después de compartir un mensaje sobre permanecer en Cristo a partir de Juan 15 y el Salmo 1, Chandrashekar oró por la pareja. Oró por que compartieran el evangelio valientemente con otros aldeanos, y oró por que sus parientes también llegaran a conocer a Cristo. Como Chandrashekar tenía que visitar a una familia en otra aldea antes de regresar a casa, agradeció al hermano Bala y a la hermana Kuskuma, empacó su Biblia y salió de su hogar.

Chandrashekar no había viajado muy lejos en el camino cuando fue confrontado por una turba de cuarenta hombres, algunos armados con palos.

—¿Visitaste las casas del pueblo hindú para convertirlos? —exigieron.

—Visité su casa para orar —respondió.

Eso fue suficiente evidencia para la turba. Tomaron la Biblia de Chandrashekar y la hicieron pedazos, y comenzaron a golpearlo en la cabeza y la espalda, con lo cual lo hicieron perder el conocimiento brevemente. Cuando llegó la policía, ignoraron a la turba y de inmediato arrestaron a Chandrashekar.

Después de llegar a la estación de policía, los oficiales comenzaron a interrogarlo. «¿De dónde sacas dinero para convertir a la gente? —preguntaron—. ¿A cuántas personas has convertido?». Con las orejas, la cabeza y la espalda todavía adoloridas por la paliza, Chandrashekar respondió: «No convierto a la gente. Solo comparto mi fe, le digo a la gente lo que Jesucristo hizo en mi vida y en la vida de mi familia y también oro por ellos. Gano dinero conduciendo un coche alquilado [motocarro] todos los días. No recibo dinero de ninguna parte».

Insatisfechos con su respuesta, la policía trató de hacer confesar a Chandrashekar que estaba convirtiendo a la gente por la fuerza.

A pesar de que la constitución de la India garantiza la libertad de culto, nueve de los veintiocho estados del país han implementado leyes que prohiben las «conversiones forzadas», y otros estados las están considerando. Estas leyes, que se usan con frecuencia contra los cristianos, hacen que sea ilegal convertir a alguien «por la fuerza, fraude o fascinación». En los estados de Gujarat y Madhya Pradesh, cualquier persona que desee convertirse del hinduismo o que quisiera convertir a otro debe avisar con treinta días de anticipación y solicitar permiso al gobierno. Los infractores enfrentan penas de cárcel y fuertes multas.

La persecución de los cristianos continúa en la forma de quemas de Biblias, destrucción de iglesias y bienes personales, encarcelamientos, palizas y asesinatos en algunas partes de la India. Los atacantes rara vez son acusados. Los obreros de VOM dicen que un grupo militante hindú llamado Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), cuyo objetivo es crear una nación puramente hindú, es el mayor perseguidor de cristianos en la India.

Chandrashekar fue liberado de prisión y regresó a casa el día después del ataque. Al igual que la pareja cristiana que había visitado en la pequeña aldea, él y su familia son los únicos creyentes en su aldea de más de mil hindúes. Aunque algunos hindúes tienen una buena opinión de los cristianos, a otros no les simpatizan. «Algunos [hindúes] piensan que están […] estropeando la cultura hindú», le dijo Chandrashekar a un obrero de VOM. Aunque no hay iglesia en su pueblo, él adora con su familia y lee las Escrituras con ellos diariamente.

Chandrashekar stands outside his home with his wife and child

Desde el ataque, los problemas de Chandrashekar han continuado. El dueño del motocarro que usaba para mantener a su familia pensó que lo estaba usando para compartir el evangelio, por lo cual le recogió el motocarro por temor a que los hindúes radicales lo destruyeran. Y dos semanas después de que [Chandrashekar] fue atacado, la vaca de la familia fue encontrada muerta en un campo cercano.

A pesar de estas dificultades, Chandrashekar continúa compartiendo su fe. De hecho, desde entonces ha compartido el evangelio con otras diez familias. Como exhindú que se volvió a Cristo después de que un evangelista visitó su aldea y su madre fue sanada de cáncer, quiere que otros sean salvos como él, incluso si eso significa ser golpeado y arrestado.

Chandrashekar continúa alentando a los creyentes en las aldeas cercanas. Basándose en el ejemplo de los apóstoles en el libro de los Hechos, continúa ministrando en la primera línea, compartiendo el evangelio con los hindúes y guiándolos al único Dios verdadero: Jesucristo (Juan 14:6). VOM apoya a Chandrashekar y a otros obreros de la primera línea que están alcanzando a la India para Cristo sin importar el costo. VOM les proporciona a los obreros cristianos Biblias y libros cristianos, así como herramientas como motocicletas, bicicletas y linternas para ayudarlos a evangelizar.

two boys carrying supplies in their canoe

«Oren por que mi familia permanezca más en Cristo y sirva al Señor más que antes», pidió Chandrashekar. VOM les agradece a los que apoyan y respaldan a Chandrashekar y a otros obreros de la primera línea que sirven en la India. «Antes, temía un ataque del grupo radical —le dijo a un obrero de VOM—, pero después de esto, mi temor se ha ido. Ahora puedo compartir el evangelio con mucha más valentía. Fue un milagro haber sido liberado de la cárcel».

Los cristianos en la India viven con todos los hindúes y sin iglesias
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