UNA HERMANDAD DE DOLOR Y CONSUELO Deborah y Christina perdieron hijos, marido y casa en los ataques de Boko Haram, pero ni siquiera este gran sufrimiento ha hecho tambalear su confianza en la providencia de Dios. Un día, mientras Deborah charlaba con un vecino bajo un árbol de mango, cinco jóvenes se acercaron, bajaron de su vehículo armados con ametralladoras y caminaron decididamente hacia su casa. Sus sobrinas, Palmata, de 9 años, y Kumai, de 7, a quienes había adoptado, comían un bocadillo después de la escuela justo delante de la puerta principal, mientras el marido de Deborah estaba sentado dentro de la casa preparándose para un estudio bíblico esa tarde. Deborah se apresuró a seguirlos hasta su casa, pero uno de los hombres la detuvo en el pasillo. «¡Tienes que tirarte al suelo!», le ordenó con voz áspera. Mientras estaba tumbada boca abajo, el hombre armado le clavó la bota en la parte baja de la espalda. Entonces oyó cuatro disparos en la habitación donde su marido estaba estudiando. Sobrecogida por el terror, Deborah se puso a orar. Ella creía que sería la siguiente. Para su sorpresa, los asesinos la dejaron agachada en el pasillo. Sin embargo, cuando salieron,
Leer másUNA HIJA TRAICIONADA Ruth estaba hojeando la Biblia en su habitación cuando entró su hermana menor. «¡Mamá, Ruth tiene uno de esos libros que pertenecen a los cristianos!», gritó su hermana mientras salía corriendo de la habitación. Presa del pánico, Ruth metió la Biblia bajo el colchón. La madre y la hermana de Ruth registraron la habitación en busca del libro prohibido, pero de alguna manera lo pasaron por alto aunque voltearon el colchón. «Si encuentro una Biblia, solo Alá podrá salvarte», le advirtió su madre. Ruth vivía en un pueblo musulmán situado en el estado de Adamawa en el norte de Nigeria. Ella y sus hermanos vivían con su madre, mientras su padre mantenía a la familia por medio de trabajar en otro estado. Al igual que el 60% de las niñas musulmanas del norte, Ruth nunca aprendió a leer. A los 19 años, todavía pasaba los días ayudando a su madre en las tareas domésticas. Ruth no tenía una buena opinión de los cristianos. Eran unos infieles, y los que conocía se comportaban de forma inmoral. Sin embargo, un chico cristiano, el hijo de un pastor, siempre inclinaba la cabeza cortésmente y sonreía cuando ella pasaba. Sin embargo,
Leer másDespués de que un pastor fuera asesinado por compartir el evangelio con sus vecinos hindúes, su hermano tomó su lugar para continuar el ministerio. El pastor Harman se llenó de temor al responder a una llamada nocturna a su puerta el 15 de agosto de 2015. Cuando abrió la puerta se encontró con tres naxalitas armados, guerrilleros asociados al Partido Comunista de la India. Y más atrás, alrededor de su casa, había otros 20 militantes armados. Durante sus cuatro visitas anteriores, los guerrilleros le habían advertido tranquilamente al pastor que dejara de compartir el evangelio con los hindúes del pueblo. Pero esta visita fue diferente. Rodeado por hombres armados con AK-47, el pastor fue escoltado fuera de su sencilla casa y hacia la oscuridad de la noche. Como temía por la vida de su marido, la esposa de Harman, Ashna, los siguió, y dejó a sus dos hijos pequeños con su suegra. Los guerrilleros llevaron a Harman a la casa del líder de la aldea y, tras una breve reunión, lo acompañaron hacia un bosque cercano. Uno de los hermanos menores de Harman, Vihaan, quien se había enterado del secuestro por su madre, llegó justo antes de que el grupo
Leer másLa decisión de un musulmán fulani de seguir a Cristo lo llevó de sufrir persecución a ayudar a los nuevos cristianos a crecer en la fe. «Aléjate del islam y sígueme», le dijo el hombre de blanco. Cuando Abel despertó a la mañana siguiente en su casa en Nigeria, no tenía ni idea de lo que significaba el sueño. Y por mucho que lo intentara, no podía olvidar al hombre que había soñado. «Al día siguiente, de nuevo, me pasó —dijo Abel—. Tuve ese mismo sueño durante tres días». Abel compartió los detalles del sueño con su padre y su madre quienes lo calificaron de demoníaco e instaron al joven de 28 años a recitar oraciones musulmanas para limpiar su mente. Siguió sus consejos, pero el sueño persistió. Con el fin de buscar alivio a su ansiedad y confusión, Abel decidió contarle el sueño a un amigo cristiano. Su amigo hizo entonces que Abel se reuniera con un pastor quien le dijo que creía que el hombre del sueño era Jesús. Después de explicarle que Jesucristo es más que un profeta, como los musulmanes lo representan, el pastor compartió el evangelio con Abel. La explicación del sueño por parte del
Leer másLA CÁRCEL ARREGLÓ SU TEOLOGÍA Cuando Reza, de 36 años, depositó su fe en Cristo hace doce años, tras comparar al Jesucristo de la Biblia con el Jesús del que había leído en el Corán, comenzó a vivir su nueva fe con ahínco. Trabajó con otros cristianos para hacer llegar la Palabra de Dios a los musulmanes de todo Irán, el cual décadas antes había adoptado el islam chií como la religión oficial del Estado. Él y un amigo llegaron a duplicar y distribuir miles de CD y DVD con el mensaje del evangelio. Reza quería llevar a la gente a Jesús y ayudar a construir el reino de Dios, pero sus motivos eran cada vez más confusos. Se preocupaba más por el número de personas a las que llegaba que por las personas mismas. Entonces, un día, fue arrestado y encarcelado por evangelizar. «Cuando miro hacia atrás, le agradezco al Señor por haber pasado por eso porque realmente edificó mi carácter como cristiano —dijo Reza—. Sabía que había muchas cosas en mi teología cristiana que necesitaban arreglo. Creo que Dios usó ese momento para arreglar lo que hacía falta». ESPERANZA EXTRAVIADA Un día de verano de 2011, Reza y
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