«Eres de nuestra sangre, y a menos que regreses a nuestras tradiciones, ¡yo tomaré tu sangre!», le gritó su tío a U Maung Than.

Cuando Than decidió abandonar la religión tradicional de su familia y convertirse en un seguidor de Cristo, de inmediato se convirtió en un hombre marcado por su propia familia en su tierra natal de Birmania. Pronto fue arrestado y encarcelado por cargos inventados. La dictadura militar usó el odio del tío contra la fe de Than para sentenciarlo a muerte.

En marzo de 2002, Maung Maung y Kam Lian Ceu, dos amigos cristianos de Than, vinieron a visitarlo y animarlo sin saber que su amigo estaba en prisión. Maung y Ceu se enteraron de la gravedad del caso de Than, así como del intenso odio contra su fe en Cristo. Durante dos días, los hombres con diligencia solicitaron permiso para visitarlo en prisión, pero fueron continuamente rechazados. Al tercer día, la policía militar de esa zona finalmente permitió que Maung y Ceu vieran a Than, pero se les ordenó que no hablaran con él.

Después de viajar con Than y su escolta de la policía a una zona boscosa, Maung y Ceu se sorprendieron de que les dieran permiso de hablar con Than. Antes de que pudieran decir nada, Than les suplicó: «Por favor, vayan a mi área y compartan el evangelio. Esta es nuestra responsabilidad: que el evangelio cubra todos los alrededores. Deben ser fieles hasta la muerte».

De repente, uno de los policías le gritó a Than: «¡Has dicho demasiado!» Sacó su pistola y le disparó a Than en la cabeza. Los dos amigos cristianos vieron todo con la mirada fija llena de asombro e incredulidad. Las lágrimas comenzaron a fluir mientras miraban fijamente el cuerpo ensangrentado de su querido hermano en Cristo. Les advirtieron severamente a los amigos de Than que se retractaran de su fe cristiana o les pasaría lo mismo.

El último deseo de Than fue que sus amigos fueran «fieles hasta la muerte». Con su sacrificio demostró estar calificado para hacer tal petición en nombre de su Salvador.

Historias de mártires cristianos: U Maung Than
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