Cada mañana, el pastor Navid y su esposa, Shadi, se despiertan sabiendo que podrían estar tras las rejas al anochecer. En Irán, donde las autoridades se infiltran en las iglesias y escuchan los teléfonos de los creyentes, los cristianos siempre deben estar preparados para la posibilidad de ser arrestados y encarcelados.

Sin embargo, para Navid y Shadi la amenaza de encarcelamiento significa poco en comparación con su carga por aquellos a su alrededor que no conocen a Cristo. Afortunadamente, cuanto más comparten en secreto a Cristo en Irán, encuentran que más personas están listas para escuchar.

Antes de que la pareja se casara, Navid fue testigo de primera mano de la persecución de los cristianos por parte del régimen autoritario islámico de Irán. Mientras servía en siete ciudades diferentes, incluyendo la capital, Teherán, vio a más de 40 cristianos ser arrestados.

En una ciudad, varios cristianos fueron arrestados después de que la agencia de inteligencia intervino el teléfono de una mujer para identificar a los creyentes locales. En otra ciudad, los cristianos fueron arrestados después de que un vecino llamó a la policía para informar que escuchaba música de adoración cristiana. En otra parte, alguien fingió ser cristiano para infiltrarse en una iglesia casera. Y en otro lugar, un libro con los nombres de los cristianos y las ubicaciones de las iglesias fue robado y entregado a la policía.

Navid dijo que los cristianos que conoce no han negado su fe al ser confrontados por las autoridades. La mayoría de ellos están menos de un año en prisión, firman un documento comprometiéndose a no difundir el cristianismo y luego son monitoreados por las autoridades.

a man sitting in prison talking to someone on the phone and smiling

El Ministerio de Inteligencia y Seguridad de Irán, una agencia de treinta mil personas dirigida por el Líder Supremo de Irán, supervisa la actividad de los cristianos y arresta a quienes dirigen iglesias caseras. La policía, la Guardia Revolucionaria y los Basij, un grupo de voluntarios al servicio de la Guardia Revolucionaria, ayudan a imponer restricciones al cristianismo.

En la cárcel, los cristianos a menudo son torturados tanto física como psicológicamente durante las primeras semanas después de su arresto. Luego, pueden ser encarcelados junto con delincuentes violentos e incluso se les puede negar la atención médica.

La mayoría de los líderes cristianos que conoció Navid en las siete ciudades donde trabajaba todavía son creyentes, pero ya no están activos en el servicio de la iglesia debido al riesgo.

«Si sirven, la policía los atrapa muy pronto —dijo Navid—. Están bajo control. Mi hermano y mi padre deben ir a la policía de inteligencia cada semana y firmar un compromiso de que no servirán más».

Compartir el evangelio de manera encubierta en Irán

Irán se convirtió en una República Islámica en 1979, después de la Revolución Iraní. Como teocracia, su gobierno está gobernado por la autoridad del islam. Hoy, casi el 99% de los ciudadanos iraníes se identifican como musulmanes, con menos del 1% que se identifican como cristianos. Sin embargo, el experimento del país con el gobierno islámico ha causado que muchos iraníes miren más allá del islam para obtener satisfacción.

Después de años de dificultades, incluyendo sanciones económicas, libertades restringidas y guerra, muchos —en especial los nacidos desde la revolución— se han desilusionado de la clase dirigente y están cada vez más abiertos al evangelio.

«Le decimos a la gente que Dios […] quiere amarte y mostrarte Su misericordia —dijo Navid—. Él te ama y, luego, paso a paso, te ayuda a ser justo, y eso es atractivo para ellos. En el islam, dicen: “Dios dice que hagas esto, pero no lo hagas”. Pero este Dios no es como ese dios. No es Alá. Él te ama primero, y todo lo que ha hecho es por amor a ti».

Además de arriesgar su libertad e incluso su vida por el evangelio, Navid y Shadi deben conducirse con cuidado a lo largo de los procesos de construir relaciones y trabajar a través de valores sociales que contradicen el evangelio.

a man plays his guitar outside to a group of people

Uno de esos obstáculos sociales es el valor relativamente bajo de la mujer y su papel percibido en Irán

«En el islam, las mujeres no son valiosas —dijo Shadi—. Los hombres son más valiosos que las mujeres. Incluso en las familias, las mujeres son menos especiales que los hombres, por lo cual las mujeres en Irán son rechazadas. Tienen el corazón roto».

En Cristo, tanto las mujeres como los hombres encuentran su verdadero valor. Shadi a menudo comparte Juan 3:17 con ellos: «Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él».

«Cuando ven esta diferencia con el islam y lo que decimos sobre Dios, se sienten atraídos por el Dios del que les estamos hablando», dijo Shadi.

EQUIPAMIENTO DE LOS OBREROS DE PRIMERA LÍNEA

a man carrying a box of supplies

VOM apoya a más de 40 000 obreros de primera línea en 68 países. Proporcionamos transporte, literatura cristiana, material de apoyo de adoración (como himnarios e instrumentos musicales) y otros artículos adaptados a necesidades y ubicaciones específicas.

VOM está apoyando a Navid y Shadi y a su red de iglesias con Biblias, herramientas de evangelización y literatura cristiana. Mientras ellos continúan compartiendo el evangelio, Shadi les pide a los que apoyan a VOM que oren por los iraníes.

«El cautiverio del islam sobre el pueblo de Irán: por favor, oren para que esta esclavitud sea rota —dijo Shadi—. Descubrimos este cautiverio cuando leemos las historias [bíblicas] con las personas. Cuando leemos las historias con ellos, vemos que […] no pueden pensar bien».

Navid y Shadi siguen comprometidos con servir en la primera línea en Irán y con ayudar a liberar a los iraníes de la esclavitud por medio de guiarlos a Cristo.

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Categorías: Historia