Obligada a huir de Nigeria tras el asesinato de su esposo, una viuda cristiana regresa a Níger decidida a criar a sus hijos según la Palabra de Dios. Cuando el esposo de Rahila, Abdullahi, se convirtió en seguidor de Cristo, se enfurecido hermano, que practicaba la brujería, tomó medidas para detenerlo. En diciembre de 2009, Rahila y su esposo, Abdullahi, llevaron a su familia de ocho miembros a casi 805 km al sur, de Níger a Nigeria. El padre de Abdullahi había vivido en el estado de Kaduna, Nigeria, hasta su reciente muerte, y Abdullahi quería seguir trabajando la tierra de su padre. “Debido a que crecí aquí [en Níger], mudarme a Nigeria fue difícil —dijo Rahila—. Lo hice porque él era mi esposo y tenemos hijos, así que no hay problema”. Cuando el hermano mayor de Abdullahi, Umaru, supo del regreso de Abdullahi a Nigeria, fue a visitar a su hermano. Pero no fue un feliz reencuentro; Umaru se enojó cuando se enteró que Abdullahi y su familia se habían convertido al cristianismo. Como musulmán, Umaru no podía tolerar que su hermano menor asistiera a la iglesia cinco días a la semana. “Su hermano mayor salía cada vez que
Leer másEl 22 de septiembre de 2013, terroristas suicidas atacaron la Iglesia de Todos los Santos en Peshawar, Pakistán, después de un servicio dominical de adoración. Un fiel matrimonio, que perdió dos hijos en el ataque, ha ayudado a traer esperanza y sanidad a su iglesia, además de una obediencia bíblica para perdonar a sus perseguidores. Anaya estuvo a punto de no ir a la iglesia ese domingo por la mañana. Su esposo, Fahmi, coordinador del ministerio juvenil en su provincia, estaba al otro lado del mundo en una conferencia de líderes juveniles cristianos. Así que Anaya, sola, tuvo que levantar y alistar a su hijo de 11 años, Ishan, y a su hija de 9 años, Naher, para el servicio de adoración de la mañana. Naher había despertado con fiebre esa mañana, y Anaya dudó en llevarla a la iglesia. Pero los niños le rogaron a su madre que los llevara a la escuela dominical, e incluso pidieron el apoyo de su padre en una videollamada temprano en la mañana. Anaya cedió y se dirigieron a la Iglesia de Todos los Santos, igual que todas las semanas. “Les preocupaba perderse la historia bíblica —dijo Anaya—. Siempre querían ir a la
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