LA COSTOSA ELECCIÓN DE CECILIA

Cecilia todavía estaba de duelo por la muerte de su esposo cuando Habib Kabunda comenzó a visitar su pequeño pueblo en Uganda. Aunque él era musulmán y ella cristiana, Habib había sido amigo del marido de Cecilia. Entonces, cuando él le propuso matrimonio, la tribu de Cecilia votó para que ella se casara con él y Cecilia aceptó. Sus hijos necesitaban un padre y ella no tenía medios para mantener a su familia.

Después de su matrimonio, que requirió que Cecilia se convirtiera al islam, Habib se mudó a la casa de paredes de barro de Cecilia, donde tuvieron hijos juntos y eventualmente se convirtieron en una familia de nueve. Habib trabajaba, Cecilia se ocupaba de la casa y la vida parecía volver a la normalidad.

Sin embargo, con el paso de los años, Cecilia se sintió cada vez más incómoda con la fe islámica que había adoptado. Se sentía vacía y deprimida, y las palabras de los clérigos de la mezquita no significaban nada para ella. Al reconocer que el problema era espiritual, supo que tenía que tomar una decisión. «Me di cuenta de que tenía que parar allí mismo y volver a Cristo», dijo.

Cecilia dejó la mezquita y regresó a la iglesia, aunque ella y Habib a menudo peleaban por eso. Su fe cristiana se volvió más central en su vida y sabía que nunca volvería al islam.

Entonces, un día Habib se fue a trabajar y nunca volvió a casa. Días después, la llamó para decirle que la dejaba porque ella se había convertido al cristianismo. Le dijo que ya no podía vivir con ella y que la dejaría morir de hambre. Si bien podría haber tomado un camino más fácil y seguir siendo una musulmana nominal, sabía que su relación con Cristo valía la pena. Confió en que Dios cuidaría de su familia.

Habib nunca dijo por qué quería casarse con una viuda cristiana, pero un líder ugandés de la iglesia dijo que se ajusta a una estrategia de conversión musulmana en Uganda. Según el hermano Stephen, el líder de la iglesia, los musulmanes son recompensados si se casan con una cristiana, y las recompensas más altas son para quienes logran casarse con la hija de un pastor.

Si bien más del 80% de los ugandeses se consideran cristianos, el trabajo de los misioneros islámicos, así como los incentivos financieros y educativos, están persuadiendo a un número cada vez mayor de convertirse al islam. Desde 2015, el islam ha crecido un 7%. «En especial en el norte tenemos algunas áreas donde los musulmanes están tomando el control», dijo el hermano Stephen.

Con siete hijos que alimentar, Cecilia nunca tenía suficiente comida para su familia. Se estaban muriendo de hambre lentamente, y sus ropas harapientas colgaban de sus delgados hombros.

Boy sitting outside of his house smiling

Cecilia trató de ganar dinero extra por medio hacer trabajos de jardinería para otras personas, pero no era suficiente para mantener a su familia. Y aunque los amigos de la iglesia le compartían lo que podían, tampoco tenían mucho que darle. Pronto los niños tuvieron que dejar la escuela porque Cecilia no podía pagar la colegiatura (cuotas escolares), y no pudo siquiera pagar la medicina para el tratamiento de su hijo más chico quien tenía tifoidea. Para hacer más grande su sufrimiento y humillación, la familia de su exmarido la vigilaba de cerca, y se regodeaban de que su fe cristiana no fuera a salvarla de morir de hambre. Fue entonces cuando el pastor de Cecilia llamo a un trabajador local de VOM para que la ayudara.

Al llegar a la casa de Cecilia el trabajador de VOM quedó profundamente entristecido por la situación de la familia: era peor de lo que había esperado. Todos en la diminuta casa de una sola habitación dormían sobre hojas de plátano y sacos llenos de hierba, los niños desnutridos a menudo recibían solo una comida al día, y la casa de barro parecía que se les iba a derrumbar sobre la cabeza.

Con el apoyo de VOM desde 2017, la familia de Cecilia ha ido mejorando. Ella pudo reforzar las paredes de su casa, agregó otra habitación y compró colchones y ropa para los niños. Además, un trabajador de VOM visitó a la familia recientemente y llevó a los niños a comprar útiles escolares, lo cual les permitió usar zapatos por primera vez en su vida el primer día de clases.

El pastor y la gente de la iglesia de Cecilia están agradecidos de que esté recibiendo ayuda, e incluso la comunidad en general reconoce que el cuerpo de Cristo la está ayudando. Un día, mientras el trabajador de VOM compraba artículos para la familia de Cecilia en el mercado local, escuchó a alguien decir: «El Señor realmente ha respondido las oraciones de esa mujer. Cuando regresó a Cristo todos pensaron que moriría con rapidez. Los familiares de su esposo han estado esperando verla fracasar, pero el Señor le ha dado una sonrisa».

Aunque Cecilia ha enfrentado muchas dificultades debido a su decisión de dejar la fe islámica de su esposo, ha confiado en Dios como su proveedor en todo momento. Hoy asiste a una iglesia cercana donde los cristianos locales conocen su historia y continúan apoyándola. Su pastor, un exmusulmán, entiende por lo que ha pasado y puede brindarle aliento cuando lo necesita. Y el trabajador de VOM, quien todavía visita a la familia con regularidad, ha notado un cambio en su comportamiento: Cecilia ahora sonríe. «Esta es una señal de gratitud por el milagro que el Señor está haciendo en sus vidas», dijo.

Hay nueva vida en la casita de barro de Cecilia. Se repararon las paredes y el techo, y ahora la familia duerme en colchones con mantas y sábanas. Cada mañana de lunes a viernes, los niños caminan a la escuela con sus zapatos nuevos, y cada noche oran juntos en el piso de su ahora sólida casa. Las cuatro paredes que no podían ocultar su pobreza y humillación albergan ahora a una familia renovada por el amor de sus hermanos y hermanas en Cristo.

Viuda ugandesa fiel a Cristo pierde a su segundo esposo
Categorías: Historia