Encogida en el pequeño y maloliente baño de la iglesia casera a la que asistía, Sonxi escuchaba con atención las voces apagadas de afuera. Ella había estado escondida en el baño desde que se le advirtió que sus padres la estaban buscando. Intentaba no hacer ruido, pero no era fácil. Sin embargo, poder asistir a la iglesia valía la pena.

Los padres de Sonxi odiaban su nueva fe cristiana, pero ella sabía que simplemente tenían miedo por los problemas que podría traer a su familia. Cuando trataba de hablarles de Cristo, decían: «No podemos creer en esta religión porque tenemos miedo de la policía. Si no hubiera policía, creeríamos en Jesús».

Ocho familias cristianas vivían en el pequeño pueblo de Sonxi en la Laos comunista, pero ella nunca les había prestado mucha atención, y ciertamente nunca imaginó que se convertiría en uno de ellos. Todo lo que realmente notó fue que eran diferentes de los otros aldeanos. No chismeaban, eran humildes y la animaban cuando hablaba con ellos.

Ella no tenía ningún interés en Jesús hasta que un día descubrió un pequeño folleto que yacía en el suelo mientras caminaba por la selva. Después de recogerlo y comenzar a leer las páginas desgastadas, de inmediato se sintió atraída por su mensaje.

«Un día Jesús volverá», leyó. Esas palabras llenaron su joven corazón con una esperanza que nunca había experimentado.

Tan pronto como Sonxi regresó a su pueblo, visitó al líder de los cristianos. Después de que él le habló más sobre Jesús y lo que significaba ser cristiana, ella oró con él y puso su fe en Cristo.

FE SILENCIOSA

Sonxi sabía que su nueva fe molestaría a sus padres, por lo cual decidió no decírselos. También sabía que si sus padres la atrapaban con una Biblia, la quemarían.

Sin embargo, después de haber sido cristiana por un tiempo, algunos amigos la animaron a ser más audaz en su fe. «Si crees que Dios es real, Él te ayudará», le aseguró uno.

Comenzó a asistir a la iglesia casera de su pueblo, pero los vecinos pronto se dieron cuenta y se lo contaron a sus padres. Furiosos por su conversión secreta, sus padres trataron de evitar que fuera a la iglesia. «Necesito que recojas leña todos los domingos por la mañana —le dijo su madre—. Si no lo haces, entonces no puedes vivir aquí».

Al principio Sonxi no sabía qué hacer. Pero cuando se despertó temprano el domingo por la mañana, decidió pedirle a un vecino cristiano si podía prestarle leña y ella le repondría el suministro más tarde en el día. El vecino estuvo de acuerdo.

Sonxi le dio la leña a su madre, y luego se preparó para ir a la iglesia. Su madre se sorprendió de que hubiera regresado tan pronto con la leña.

PELIGRO INMINENTE

Cuanto más asistía Sonxi a la iglesia, más se enfadaban sus padres.

Empezaron a golpearla y trataron de avergonzarla diciéndole cosas como: «¡Eres una chica muy mala porque no escuchas a tus padres!». A veces la encerraban en su habitación para que no pudiera asistir a la iglesia y se negaban a darle comida. Un día, su hermano mayor incluso amenazó con matarla con su rifle de caza.

Pero Sonxi permaneció fiel a Cristo. Siguió yendo a la iglesia y continuó mostrándole a su familia el amor de Jesús.

Cuando sus padres finalmente amenazaron con enviarla a la ciudad de Vientiane para ser prostituta, Sonxi supo que era hora de irse. Con su confianza puesta en Cristo, huyó a casa de un amigo cristiano quien a su vez la ayudó a conectarse con algunos trabajadores de VOM. Aunque los padres de Sonxi la desheredaron como su hija, los trabajadores de VOM se aseguraron de que sus necesidades fueran satisfechas. La ayudaron a inscribirse en una escuela de costura y luego a completar un curso en una escuela bíblica. VOM también la apoyó con una capacitación que le permitirá ayudar a las iglesias en Laos a establecer su propio ministerio infantil.

VOM sigue proporcionando formación vocacional, vivienda y ayuda adicional a los jóvenes que se ven obligados a abandonar a sus familias. También patrocinamos seminarios cortos de capacitación para jóvenes cristianos fuera del país.

Sonxi más tarde llevó a un hermano menor a Cristo, lo que molestó a sus padres. «Simplemente oren por que mi familia un día conozca a Jesús —dijo—. Oren por todo mi futuro […] quiero servir a Dios».

Un lugar donde es mejor ser prostituta que cristiana
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