Al crecer en un Bangladés predominantemente musulmán, la vida de Fedu estuvo impregnada por el islam. Su padre era un imán, y su abuelo le contaba historias de sus peregrinaciones a La Meca. Fedu estudió en una escuela islámica y, al igual que su padre y sus tres hermanos, se convirtió en un erudito e imán musulmán, y finalmente llegó a enseñar en una mezquita en la capital de Bangladés, Dhaka.

Mientras trabajaba en la mezquita un día de 1996, Fedu conoció a un estudiante llamado Azad de una universidad cercana. Los dos entablaron una conversación y rápidamente se hicieron amigos. Sin embargo, cuando Fedu se enteró dos años después de que Azad se había convertido al cristianismo, comenzó a preocuparse por él. Sabía que los musulmanes de su mezquita se enterarían de la conversión de Azad, y también sabía que las autoridades musulmanas locales eran unos de los peores perseguidores de cristianos en Bangladés. En lugar de defender a su amigo, Fedu dejó de hablarle por completo.

Luego, 15 años después, Fedu recibió una llamada de Azad, quien había sentido que Dios lo estaba empujando a volver a conectarse con su viejo amigo. Mientras los dos se ponían al día con la vida del otro, Azad mencionó cómo Jesús había cambiado su vida. Y cuando finalmente se reunieron en persona, Azad le dio a Fedu una Biblia y algo de literatura cristiana para que la leyera. Hablaron dos veces más antes de volver a perder contacto.

Fedu al principio descartó el regalo que su amigo le había dado, pero finalmente comenzó a leerlo, comparando sus enseñanzas con las del Corán. Cuanto más estudiaba los dos libros, más comenzaba a dudar del islam, que había sido su fundamento religioso desde la infancia.

Fedu sabía que el Corán enseñaba que Dios enviaría Su Palabra. Pero leyó en la Biblia, en Juan 1:1, que Dios ya había enviado Su Palabra en la persona de Jesús. Luego leyó las palabras de Jesús en Juan 14:6: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí».

Ya no podía defender el Corán contra la Biblia, y quería conocer al Jesús del que había leído en sus páginas. Cuando puso su fe en Cristo en 2011, deseó poder compartir la noticia con su amigo Azad.

PRESIÓN CRECIENTE

Después de convertirse en seguidor de Cristo, Fedu continuó enseñando en su mezquita. Complementaba los ingresos que obtenía con lo que ganaba en una farmacia de su propiedad, y también quería compartir la verdad que había aprendido con su audiencia cautiva de la mezquita, la cual necesitaba escuchar el evangelio.

Cuanto más estudiaba Fedu la Palabra de Dios, más se reflejaba en sus enseñanzas en la mezquita. Con respecto a los profetas de Dios, enseñaba que Jesús estaba por encima de todos y que solo Él era santo. Los miembros de la mezquita se volvieron cada vez más conscientes de sus puntos de vista cristianos, y un día de 2017 alguien encontró literatura cristiana en su casa. El presidente de la mezquita abordó rápidamente el tema.

«Cuando se dieron cuenta de que amaba a Jesús y no a Mahoma, dijeron que mi trabajo había terminado», recordó Fedu.

Fedu había estado orando para obtener orientación sobre cómo y cuándo salir de la mezquita, por lo que vio la decisión de ellos como una respuesta a su oración.

Poco después, Fedu recibió una llamada inesperada de Azad, quien nuevamente sintió que Dios lo estaba empujando a acercarse a él. Fedu no pudo contener su entusiasmo mientras compartía las noticias de su fe cristiana.

Encantado, Azad habló de lo que significa ser un seguidor de Jesús con Fedu y su esposa, quien aún no había aceptado a Cristo. Tuvieron largas conversaciones sobre el Espíritu Santo, el bautismo y la probabilidad de la persecución, y Azad respondió a sus muchas preguntas sobre el cristianismo. Finalmente, la esposa de Fedu también puso su fe en Jesús, y ella y Fedu fueron bautizados.

A medida que su fe cristiana se iba haciendo conocida, comenzaron a enfrentar la oposición violenta de sus vecinos. Un grupo de musulmanes enojados destruyó la farmacia de Fedu, robándole su última fuente de ingresos. Dos de sus hermanos lo golpearon por abandonar el islam, y ellos y algunos vecinos musulmanes le prohibieron a su familia que estuviera en la zona.

Fedu estaba enojado al principio, pero ha aprendido a perdonar. «Perdono a mis hermanos —dijo—. No tengo ira en mi corazón». Fedu incluso compartió el evangelio con sus hermanos, pero ya no le hablan.

UNA FE EN AUMENTO

Desde diciembre de 2017, Fedu ha estado viviendo en un centro de capacitación apoyado por VOM, donde su fe ha seguido creciendo a través de estudios de discipulado y compañerismo con otros creyentes. Su esposa y sus tres hijos se alojan con parientes de su esposa para que los niños puedan permanecer en la escuela. Aunque sus parientes son musulmanes, son más seculares en sus creencias y no se oponen a su fe cristiana.

VOM está apoyando a la familia de Fedu con comida, ropa y otros gastos mientras trabaja para reiniciar su negocio farmacéutico en una nueva ubicación.

Fedu nos pide que oremos para que sus parientes y vecinos conozcan a Cristo. También nos pide que oremos por él ya que se está preparando para compartir a Jesucristo con los muchos imanes que conoce; ya llevó a un imán a Cristo y le hizo entrega de una biblia. Finalmente, Fedu nos pide que oremos para que su familia pueda volver a vivir junta bajo un mismo techo.

Mientras tanto, continuará compartiendo su fe con los musulmanes utilizando el mismo método que lo llevó a Jesús: amistad y un nuevo libro. «Estoy saliendo y compartiendo mi fe —dijo—. Cuando hablo con la gente, les muestro lo que dicen la Biblia y el Corán sobre Jesús».

Imán musulmán llega a la fe y les enseña sobre Jesucristo a estudiantes musulmanes
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