A las 9 a.m. comenzaron de nuevo las palizas. Los agentes de policía arrastraron a los dos evangelistas magullados fuera de la estación de policía a la plaza del pueblo, donde una gran multitud se había reunido para tener el privilegio de golpear a estos «propagadores de mentiras y rebelión». Cuando más de cien personas dieron un paso al frente para golpear a los evangelistas, los dos hombres permanecieron en silencio. «¡Canallas!», abucheó la multitud que observaba. La paliza duró tres horas. COMPARTIERON LA FE CON VALENTÍA Hy y Tan son del norte de Vietnam. Los dos hombres se convirtieron en creyentes en 1996 después de escuchar la programación de radio cristiana patrocinada por VOM a través de la Far East Broadcasting Company (FEBC). Los nuevos cristianos se dedicaron a compartir el evangelio con los pueblos tribales de su área, la mayoría de los cuales tienen creencias animistas. Golpeados por evangelizar Un día, mientras salían de una aldea donde habían estado trabajando, las autoridades detuvieron a Hy y Tan y los llevaron a la estación de policía de la aldea. Después de ser esposados juntos, se les dijo que era ilegal proclamar el evangelio. Los agentes de policía comenzaron a pegarles,
Leer másEL PASTOR FUGITIVO DE VIETNAM Tras dirigir la oración de su congregación de la etnia hmong un domingo por la mañana en el otoño de 2002, el pastor Foom Chao abrió los ojos y se encontró con la alarmante imagen de varios policías vietnamitas que esperaban para detenerlo. Foom había sido detenido más de 10 veces por llevar biblias a los hmong en las selvas de Vietnam, pero las autoridades nunca habían interrumpido un servicio de la iglesia para detenerlo. Mientras los agentes esposaban a Foom y se lo llevaban le dijeron que esa sería la última vez. «Ya no te liberaremos», le dijo el agente que lo detuvo. Foom se dio cuenta de que tal vez no volvería a ver a su mujer y a sus tres hijos, y consideró la posibilidad de que las autoridades pudieran incluso matarlo, así que mientras los agentes lo escoltaban esposado por un camino pedregoso en medio de un río, el pastor se dio la vuelta de repente y corrió hacia las montañas cercanas. Los policías persiguieron a Foom en la selva, pero lo perdieron en el espeso verde follaje. Cuando el sol comenzó a ponerse, Foom se escondió en silencio en la
Leer másCada fin de semana, Linh y su esposo viajan cinco horas en motocicleta para llevar el evangelio a una aldea que alguna vez temió Linh. La aldea, conocida como una «aldea de héroes comunistas», fue el hogar de varios soldados que murieron luchando contra los Estados Unidos en la guerra de Vietnam. Los aldeanos se enorgullecen de los héroes caídos de su comunidad y aprecian profundamente su forma de vida comunista. Muchos de los aldeanos vivían allí durante la guerra y recuerdan a los que murieron. En un país donde la mayoría de la población practica el culto a los antepasados, la veneración de los que lucharon y murieron por el comunismo se considera un deber sagrado. Algunos ven a los héroes caídos como los espíritus guardianes de la aldea, y se invoca su memoria para promover el nacionalismo y el orgullo comunista. Inicialmente, el esposo de Linh no quería que ella trabajara en la aldea; temía que sería arrestada. Sin embargo, con el tiempo se sintió obligado a apoyarla y continúa orando por su éxito. Aunque viaja al pueblo con ella cada vez, se queda en la motocicleta mientras Linh comparte el evangelio. No cualquiera puede entrar a la
Leer más«¡No, usted no le puede hablar a los demás sobre el cristianismo! —lo regaño la maestra—. No puede estar haciendo esto porque el cristianismo es una religión estadounidense y es una religión muy mala». Las duras palabras de la maestra de bachillerato no sorprendieron ni desanimaron al joven Hanh. Desde que vio cómo el evangelio había cambiado a su padre alcohólico, había querido seguir a Cristo y hablarles a otros acerca de Él. Pero ser cristiano y compartir tu fe en el comunista Vietnam no está exento de consecuencias. Compartir a Cristo es ilegal, y Hanh lo sabía. Los que evangelizan son duramente reprendidos. Algunos han sido multados o expulsados de la escuela, mientras que otros han sido golpeados, encarcelados y desalojados de sus aldeas. Hanh es uno de varias docenas de jóvenes vietnamitas cristianos que están realizando un estudio bíblico sobre la vida de Cristo. El grupo comenzó a reunirse dos días a la semana para repasar la serie de seis libros, pero su hambre por aprender era tan grande que decidieron reunirse todas las noches. Al ser confrontado por su enojada maestra en el bachillerato, Hanh consideró su respuesta en oración. «Dejaré de seguir a Cristo si puede
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