Cuando un obrero de primera línea fue arrestado por posesión de treinta Biblias que tenía la intención de distribuir, un funcionario de alto rango protegió al cristiano, y les llamó la atención a los agentes de policía que lo arrestaron. «¿Por qué le quitaron estos libros a ese hombre? —los increpó—. Yo sé de esto; son mi responsabilidad». El funcionario se quedó con las biblias, pero liberó al obrero de primera línea. Alabemos a Dios por la compasión del funcionario hacia el cristiano. Oremos por que las biblias confiscadas lleguen a aquellos que necesitan escuchar el evangelio dentro de esta nación restringida.

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Distribuidor de biblias es protegido por funcionario del Gobierno
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