—¡Entréguenosla! —¡Entréguenla o quemaremos el edificio! —¡Merece morir! Para entonces, la turba había rodeado completamente la estación de policía, y sus demandas para que los oficiales les entregaran a la mujer habían crecido a un nivel ensordecedor. Varios llevaban en sus manos piedras de diferentes tamaños, listos para soltarlas a la primera vista de la mujer —la infiel— mientras que otros sostenían porras y palos. Momentos antes, la policía había encontrado a la mujer herida y ensangrentada y la habían llevado a la estación para protegerla de los extremistas musulmanes que la estaban golpeando con palos y sus puños. Más temprano ese día, esta mujer no identificada había estado evangelizando en las calles de Izom, Nigeria. Había entablado una conversación con algunos jóvenes musulmanes, les compartió el evangelio y les entregó algunos folletos cristianos para que los leyeran. Su encuentro no pasó desapercibido. Los ancianos musulmanes que estaban cerca habían visto el intercambio y se acercaron a los jóvenes para averiguar qué les había dicho. Se enfurecieron al enterarse de que les hubiera compartido el evangelio. Dijeron que había insultado al profeta del islam, Mahoma, e insistieron en que la mujer fuera ejecutada. Su furia y acusaciones incitaron a cientos de
Leer más«Eres de nuestra sangre, y a menos que regreses a nuestras tradiciones, ¡yo tomaré tu sangre!», le gritó su tío a U Maung Than. Cuando Than decidió abandonar la religión tradicional de su familia y convertirse en un seguidor de Cristo, de inmediato se convirtió en un hombre marcado por su propia familia en su tierra natal de Birmania. Pronto fue arrestado y encarcelado por cargos inventados. La dictadura militar usó el odio del tío contra la fe de Than para sentenciarlo a muerte. En marzo de 2002, Maung Maung y Kam Lian Ceu, dos amigos cristianos de Than, vinieron a visitarlo y animarlo sin saber que su amigo estaba en prisión. Maung y Ceu se enteraron de la gravedad del caso de Than, así como del intenso odio contra su fe en Cristo. Durante dos días, los hombres con diligencia solicitaron permiso para visitarlo en prisión, pero fueron continuamente rechazados. Al tercer día, la policía militar de esa zona finalmente permitió que Maung y Ceu vieran a Than, pero se les ordenó que no hablaran con él. Después de viajar con Than y su escolta de la policía a una zona boscosa, Maung y Ceu se sorprendieron de que les
Leer másEl pequeño número de niños de la aldea de Santana Ramos en Colombia disfrutaba al ir a la escuela y aprender de su maestra, Dora Lilia Saavedra. Oraba con ellos cada día y les hablaba de Jesús mientras aprendían. A veces también viajaba durante horas a pueblos más lejanos donde no había maestros para ayudar a los niños que vivían allí. Era una profesora bondadosa y cariñosa. Pero un día de noviembre la jornada escolar ordinaria de los niños se vio interrumpida cuando dos mujeres armadas, vestidas con botas y trajes militares, entraron a la escuela de una sola habitación y les dijeron que se fueran. «Hoy no habrá más escuela. Vayan a casa y vuelvan mañana», dijeron bruscamente. Los niños recogieron rápidamente sus pertenencias y salieron de la escuela, preguntándose qué iba a pasar. Dora Lilia y su marido, Ferley Saavedra, quien también daba clases en la escuela, sabían lo que iba a pasar, y estaban preparados. Los hombres que habían venido por ellos eran guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), un movimiento marxista caracterizado por la amenaza, la fuerza y la violencia. Durante décadas han aterrorizado a los colombianos, y atacan especialmente a los cristianos.
Leer másBetty Stam sostenía a la bebé en sus brazos mientras le cantaba con suavidad, demasiado consciente de que esta era su última noche juntas. Su marido, John, atado a un poste de la cama, tampoco podía dormir. Hacía solo dos semanas que habían llegado a su puesto de misión con Helen Priscilla de tres meses llenos de esperanza y ansiosos por el ministerio. Pero en esta noche de invierno sus canciones de cuna silenciosas eran lamentos de despedida porque al día siguiente morirían. Betty Scott, hija de misioneros presbiterianos en China, se graduó del Instituto Bíblico Moody en 1931. Ya había aceptado el llamado de Dios al servicio de la Misión al Interior de China. El vínculo que sentía con John Stam, a quien había conocido en una reunión de oración por China, y su decisión mutua de servir a Cristo en medio de una peligrosa guerra civil no podría —no pudo— detenerla. Cuando fue asignada a una estación misionera en el interior, partió para China. Escribió: «Cuando nos consagramos a Dios pensamos que estamos haciendo un gran sacrificio y que estamos haciendo mucho por Él cuando en realidad solo estamos soltando algunas baratijas a las que nos habíamos aferrado;
Leer másLos gritos de alegría de los niños se escuchaban desde la calle. El padre Francisco Montoya se reía con ellos con una sonrisa de oreja a oreja. El sacerdote local estaba haciendo trucos de ilusionismo para los niños, deleitándose con las sonrisas que irradiaban de sus rostros. Este era el momento favorito de Montoya. Montoya llamó a los niños y les hizo sentarse mientras sacaba su clarinete. Los niños se sentaron hipnotizados mientras la hermosa música penetraba el aire y les llegaba al alma. Los adultos también se reunieron alrededor y dejaron que los sonidos los envolvieran. Montoya dejó de tocar el clarinete y comenzó a contar la historia de Jesucristo. La gente de Quibdó, Colombia, necesitaba escuchar el mensaje del evangelio más que la música. Dios utilizó la música para atraer a la gente y abrir sus corazones, y Montoya estaba ahora preparado para compartir las Buenas Nuevas con ellos. Al día siguiente, Montoya se levantó temprano para asistir a los servicios y comenzó a caminar desde Quibdó (capital del departamento del Chocó) hasta el pueblo de Nóvita. Viajaba a pie por toda la región, llevando las pertenencias necesarias en una cesta típica indígena. El tiempo pasó rápidamente mientras
Leer más