Una joven experimentó persecución por parte de su familia por su nueva fe en Cristo. Divine aceptó a Cristo después de que una obrera de primera línea le compartiera el evangelio en su aldea. Poco tiempo después de haberse convertido al cristianismo, su familia comenzó a golpearla y se negó a darle de comer. Trataron de obligarla a retractarse y volver a adorar a sus dioses tradicionales. Cuando ella no renunció a Cristo, le dijeron que ya no era parte de su familia y la echaron de casa. La obrera de primera línea le proporcionó a Divine un lugar para vivir y la ayudó con sus gastos educativos y el material para convertirse en sastre. «No podía renunciar a Jesús porque Jesús [es] mi Señor y me dio una nueva vida —dijo Divine—. Mi petición de oración más importante sería que quiero que mi familia conozca a Cristo y que yo pueda guiarlos a Cristo».

Joven es rechazada por su familia por seguir a Cristo
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