Después de aceptar a Jesucristo como su Salvador, Suiy decidió llamar a su hijo y a su hija: «Les dije que creí en Dios, y que mi enfermedad desapareció. Que mi salud era fuerte y que yo estaba muy feliz». Sus hijos no recibieron bien la noticia. Su hija le dijo que dejara de creer en Dios o que ella ya no vendría a visitarla, y que dejaría de amarla. Su hijo estaba incluso más enojado, y la repudió por completo. Sus dos hijos le dijeron que si sus empleadores descubrían que su madre era cristiana, los despedirían. «Después de escuchar estas palabras de mis hijos, me sentí desanimada y avergonzada —dijo Suiy—. Estoy vieja y todos mis ingresos provienen de mis hijos». Llamó a su pastor, quien la animó a permanecer fiel a Dios, sin importar las circunstancias. Después, Suiy llamó a sus hijos de nuevo y les dijo que nunca podría dejar de creer en Dios, pero que siempre los amaría de la misma manera. A menudo, es difícil para Suiy terminar el día, y algunos días no tiene suficiente para comer. Pide oración para que sus hijos lleguen a conocer a Dios.

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Hijos adultos rechazan a madre cristiana
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