Siendo niña en Sierra Leona, Milagros fue instruida por su abuela para invocar espíritus demoníacos y realizar rituales brutales para una sociedad secreta. Después de convertirse en seguidora de Jesucristo, su abuela trató de matarla. Sentada en una casa que también funciona como edificio de una iglesia en la zona rural de Sierra Leona, Milagros Conteh, de 24 años, estaba a punto de compartir los secretos de su infancia que podrían hacer que la mataran. Pero entonces, aquellos que la matarían (miembros de una sociedad secreta a la que una vez perteneció), ya la estaban persiguiendo por abandonar sus filas para seguir a Cristo. Durante dos años, Milagros, conocida como Sassa hasta que llegó a la fe en Cristo a los 14 años, realizó rituales ancestrales que implicaban interactuar con demonios, lanzar hechizos y realizar mutilaciones corporales. Aprendió los rituales de su abuela, quien dirige la sociedad secreta. En esos dos años, dijo Milagros, no sentía miedo de los espíritus malignos con los que interactuaba. De hecho, se sentía cómoda en su presencia. “Dondequiera que iba, sentía la presencia de espíritus malignos a mi alrededor —dijo Milagros—. Nada en mí me hacía sentir que debía salir de eso porque yo

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Categorías: Historia, Oración