Muchacho de 15 años ataca a mujer cristiana y a su hijo
Sur De México

Eugenia yacía en una camilla con un dolor abrasador por las heridas de machete en la espalda y los hombros, mientras que detrás de la cortina de hospital su hijo de 12 años estaba siendo tratado por una herida en el brazo. Justo afuera de la clínica, una confiada mujer de unos 30 años trataba de calmar a una multitud de aldeanos que le gritaban enojados en español y tzotzil a un muchacho despeinado de 15 años.

Solo unas horas antes, el joven de 15 años había atacado brutalmente a Eugenia y a su hijo, sajándolos con un machete mientras caminaban hacia una reunión de la iglesia. El hijo de Eugenia la había acompañado para su protección ese día en febrero de 2014 porque su esposo estaba ausente ministrando en otra de las seis pequeñas iglesias caseras que supervisaban en una parte rural del estado de Chiapas, México. Cuando Eugenia fue atacada, su hijo se puso entre su madre y el atacante de 15 años.
Después de que Eugenia y su hijo fueron llevados de prisa a la clínica, varios aldeanos enojados, algunos de ellos nuevos creyentes de la iglesia de Eugenia, capturaron a su atacante y lo arrastraron al hospital. Amenazaron con quemar al joven de 15 años, porque lo consideraban un cobarde por atacar a alguien que estaba ayudando a la comunidad.
Oposición de rebeldes y sacerdotes en el sur de México

Eugenia Montejo Gómez, junto con su esposo y sus tres hijos, trabajan en lo que se conoce como pueblos del «fin del camino» en Chiapas. Chiapas es el estado más meridional de México, limita al oeste con el Océano Pacífico y al sur y al este con Guatemala. Está aislado del resto de México tanto geográfica como políticamente. Los rebeldes izquierdistas llamados zapatistas (en honor al líder revolucionario mexicano Emiliano Zapata) han declarado una guerra contra el gobierno mexicano y han reclamado Chiapas como su territorio. Y se ven a sí mismos como defensores de los pueblos indígenas de la región.

Además, a lo largo de los siglos los sacerdotes han permitido la mezcla de las prácticas religiosas indígenas mayas con el catolicismo. Los rebeldes zapatistas ofrecen una aprobación tácita a las prácticas poco ortodoxas de los sacerdotes, y los evangélicos como Eugenia son vistos como una amenaza para su control sobre los aldeanos. Por lo tanto, algunos sacerdotes locales a menudo promueven acciones violentas contra los evangélicos e incluso los expulsan de sus comunidades.
Una de las razones por la que los aldeanos se apresuraron a defender a Eugenia es que sabían que estaba ayudando a las personas en la aislada y empobrecida comunidad. Ella estaba distribuyendo pequeños paquetes de cuidado (proporcionados por VOM) de productos secos, jabón, frijoles y arroz, así como distribuyendo Biblias y alentando a los cristianos locales. Los paquetes de cuidado fueron apreciados en especial por los cristianos evangélicos a quienes se les había prohibido la entrada a las tiendas locales.
ATACADOS POR ALDEANOS
Sin embargo, en 2013, la familia de Eugenia fue atacada por alguien en la comunidad que al parecer no estaba contento con su trabajo. Seis meses antes del ataque contra Eugenia y su hijo, su casa fue incendiada a propósito. Los rebeldes zapatistas le advirtieron a la pareja que dejara de predicar. Como Eugenia y su esposo continuaban viajando a las aldeas cercanas para alentar a pequeños grupos de creyentes en su fe, comenzaron a tomar precauciones de seguridad. Pero las precauciones no pudieron evitar el ataque contra Eugenia y su hijo en febrero de 2014. Y sus atacantes no eran extraños, sino residentes de la aldea a quienes Eugenia veía con frecuencia.

Al enterarse del ataque, un contacto de VOM, Ruth, y su esposo corrieron al hospital para estar con Eugenia y su hijo. Y cuando los aldeanos enojados aparecieron fuera de la clínica listos para quemar al atacante, fue Ruth quien los contuvo. «Si matan a este hombre —les dijo—, todos responsabilizarán a los cristianos. Lo usarán contra nosotros, y ustedes desharán todo nuestro trabajo aquí en las comunidades. Entreguémoslo a la policía y dejemos que se ocupen de esto de una manera adecuada».
Después de unos momentos tensos, los aldeanos finalmente estuvieron de acuerdo. La policía llegó y arrestó al joven de 15 años, pero lo liberaron una semana después. Cuando Ruth confrontó al jefe de policía sobre la liberación del atacante, le dijo que no tenía otra opción porque estaba bajo presión de las autoridades locales.
VOM ayudó a esta notable obrera de primera línea por medio de apoyarla con los gastos médicos, incluido el costo de la cirugía de hombro, así como a través de ayudarla a recuperarse emocionalmente y brindarle apoyo a su familia.
Eugenia tardó mucho tiempo en recuperarse física y mentalmente del ataque. Durante meses tuvo miedo de salir de su casa, preocupada de que pudiera ser atacada de nuevo. Sin embargo, ni ella ni su familia quieren abandonar la zona. Saben que han sido llamados al «fin del camino» para alcanzar a los que no conocen a Cristo y enseñarles a los nuevos creyentes Su mensaje de perdón.