Alimayu creció en un hogar cristiano en la parte norte de Etiopía. De joven puso su fe en Cristo y se convirtió en un miembro activo de una iglesia local. Está casado, tiene dos hijos y tiene un pequeño café en Shashemane. En julio, una turba de jóvenes destruyó el negocio de Alimayu en disturbios dirigidos contra las casas y los negocios de fuereños o cristianos. El café de Alimayu quedó severamente dañado, y todas sus cosas fueron destruidas. «Cuando el ataque comenzó, nos escondimos para salvar la vida de mis hijos —dijo—. Días después, vi que todas nuestras cosas en el café habían sido quemadas. Estaba muy molesto y frustrado». Alimayu ha tenido dificultades para suplir sus necesidades desde el ataque, pero el apoyo que ha recibido de VOM y de su iglesia local le ha ayudado a no perder la esperanza. «Las oraciones y el consejo de mi pastor apoyaron mi corazón. Comencé a confiar en Dios —dijo—. Con el dinero que me dieron [de parte de VOM], pude pagar la comida y el alquiler». Oremos por que el sustento de Alimayu le sea restaurado y que sus necesidades sean suplidas. Oremos por que su fe permanezca firme
Leer másTokuma vive en una zona de Etiopía dominada por las religiones tribales. Cuando se hizo cristiano hace dos años deseaba crecer en su fe, pero solo había una Biblia que compartir entre los 20 miembros de su pequeña iglesia. Los miembros tomaban turnos con la Biblia, y la devolvían a la iglesia cada viernes para que el sembrador de su iglesia pudiera prepararse para la enseñanza del domingo. Pero Tokuma tenía hambre de saber más. «Siempre me estaba cuestionando muchas cosas acerca del cristianismo. Entendía que el Espíritu Santo ayuda con guiarme, pero ¿cómo puedo confirmar la verdad de Dios sin su Palabra?», dijo. Después de anhelar su propia Biblia durante años, Tokuma recientemente recibió su propio ejemplar cuando fue entregado un cargamento de Biblias a su iglesia a principios de este año. «Fue un aliento tan grande recibir mi Biblia —dijo—. Estoy estudiando y me estoy preparando para hacer la obra de Dios». Y las Biblias han llevado a que haya crecimiento en la iglesia. «Desde que recibimos las Biblias, nuestro trabajo creció a cuatro aldeas», dijo el sembrador de iglesias que lidera la iglesia de Tokuma. A medida que la cantidad de creyentes etíopes continúa creciendo, la demanda
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Tulu Mosisa era solo un simple campesino que amaba al Señor. Trabajaba en la remota aldea de Nensebo Chebi en el sur de Etiopía con el fin de mantener a su esposa y cinco hijos, quienes permanecían en casa en otra aldea. También asistía a los servicios de una iglesia protestante allí: la Iglesia Bautista Kale Hiwot. Durante el servicio regular del domingo por la mañana, mientras Mosisa y sus hermanos y hermanas cristianos estaban orando, hombres armados con cuchillos y machetes irrumpieron en el edificio de la iglesia. Al mismo tiempo, como a media hora de camino, en la Iglesia Bautista Birhane Wongel, más hombres armados interrumpieron el servicio. Eran musulmanes militantes encomendados por sus creencias religiosas de limpiar de cristianos la zona dominada por musulmanes. Mosisa había ido a la iglesia esa mañana solo —su familia no estaba con él— pero la congregación estaba compuesta de personas de todas las edades, lo cual incluía mujeres y niños. Los creyentes observaron indefensos cómo sus atacantes aseguraron todas las puertas y ventanas, y luego vinieron contra ellos con sus armas. “Allahu Akbar!” (¡Allah es grande!)”, gritaban los atacantes mientras blandían sus cuchillos y machetes. La gente estaba indefensa; gritaron y
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